En
primer lugar veamos el significado del término ilusión de alternativas, el cual
fue utilizado por primera vez por Weakland y Jackon en un trabajo sobre las
circunstancias interpersonales de un episodio esquizofrénico. Los autores
observaron que, al tener que hacer la elección correcta entre dos alternativas,
los pacientes esquizofrénicos se enfrentaban a un dilema típico: no pueden
tomar una decisión acertada debido a la naturaleza de la situación
comunicacional.
La
comunicación terapéutica debe necesariamente trascender los consejos que
habitúan, pero ineficazmente, dan los protagonistas mismos, así como sus amigos
y familiares. Estos mensajes se basan en el supuesto de que, con un poco de
voluntad , las cosas podrían cambiar y que, por lo tanto, la persona o personas
afectadas pueden elegir entre la salud y el sufrimiento.
Un
síntoma siempre es involuntario y por ende, autónomo. Pero esta no es más que
otra manera de decir que un síntoma es un fragmento de conducta espontanea que
incluso el paciente la experimenta como algo incontrolable. La técnica de
prescribir el síntoma (como una técnica de doble vínculo destinada a
eliminarlo) parece estar en clara contradicción con aquellos principios de la
psicoterapia de orientación psicoanalítica
que prohíben la interferencia directa en los síntomas.
La
prescripción del síntoma es solo una de las numerosas y variadas intervenciones
paradójicas que pueden resumirse bajo el término de dobles vínculos
terapéuticos; a su vez, ellas son solo un clase de comunicación terapéutica, hay
muchos más enfoques que se han empleado tradicionalmente en psicoterapia.
Desde
el punto de vista estructural, un doble vínculo terapéutico es la imagen en
espejo de un patógeno, es decir, que presupone una relación intensa, en este
caso, la situación psicoterapéutica, que encierra un alto valor de supervivencia
y de expectativa para el paciente, así mismo, en este contexto se imparte una
instrucción que está estructurada de tal modo que, refuerza la conducta que
el paciente espera modificar; implica
que el esfuerzo constituya el vínculo del cambio y crea así una paradoja ,porque
se le dice al paciente que cambie permaneciendo igual. La situación terapéutica
impide que el paciente se retraiga o disuelva de otra manera la paradoja
haciendo comentarios sobre ella.
Algunos
de los ejemplos especificados en el libro sobre los dobles vínculos
terapéutico, no son particularmente representativos, sin embargo, muestran
algunas de las posibles aplicaciones de esta técnica terapéutica; los casos han
sido tomados de tratamientos individuales y conjuntos e incluyen una variedad
de entidades diagnósticas.
En
pocas palabras, el vehículo de la interacción es la comunicación, y que esta,
puede ser o no la medida en la que debe aplicarse un teoría de la comunicación.
No son
las cosas que nos perturban, si no las opiniones que tenemos de esas
cosas-EPITECTO (siglo I d.c)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario