Entusiasmada por mi trabajo, aprendo con rapidez nuevas ideas y conceptos; me gusta desarrollar soluciones creativas e innovadoras.
Soy una mujer emprendedora que disfruta los retos, gusto del estudio, autodidacta por naturaleza,responsable, dinámica, con aspiraciones, deseos de superación y metas basadas en el logro de objetivos. Pongo especial atención en los detalles.

lunes, 26 de diciembre de 2016


En la mitología griega todo formaba parte de un mismo ser, el Caos, del que brotó Gea, quien en su seno daría a luz a Urano para engendrar a un sinfín de seres mitológicos con los que se iniciaría el universo tangible. Sin embargo, junto a Caos y Gea surgió también Eros, el amor primordial, la energía cósmica que permite la reproducción de Gea con el asexuado Caos. Dentro de la propia mitología griega, existe otro Eros, el que se suele considerar hijo de Afrodita y que se ocupa de la división de los seres en femeninos y masculinos, así como de crear la atracción entre ellos. En cualquier caso, tanto uno como otro son responsables, de alguna forma, de la reproducción, la continuación de la vida y del nacimiento de los sentimientos para la creación de nuevos seres.

Tánatos, por su parte, es uno de los seres menores dentro del decurso de la mitología griega. Aunque algunos autores le han propuesto como hijo de Nix, la diosa de la noche, no es una teoría generalizada. Sin embargo, sí que es común considerarle uno de los enviados de la muerte, que se encarga de llevarse a los fallecidos por causas naturales. Así pues, Tánatos representa el fin del ciclo vital, pues su misión es conducir a quienes abandonan esta vida, un destino que comparte con otros de sus familiares, que se ocupan de las muertes violentas.

El psicoanálisis, a través de Freud, se ocupó de definir las pulsiones de vida del Inconsciente como acciones de Eros empujadas a mantener y reproducir la vida, por lo que el ejemplo por excelencia lo tendríamos en los impulsos sexuales. Por contraposición, y en esto Freud poco tuvo que ver pues la nomenclatura llegó más tarde, se consideraron las pulsiones de agresión (de muerte) como acciones de Tánatos, en las que la energía psíquica busca resetear la vida, acabar con ella. El desencuentro, pues, entre Eros y Tánatos llega con el mal uso de los conceptos psicoanáliticos de Freud, pues, visto a grosso modo, muchos han entendido como antagónicos dos conceptos que realmente son complementarios y están en perpetua unión.

domingo, 18 de diciembre de 2016

En el artículo anterior hablamos de la neurosis desde un punto de vista interno o subjetivo, es decir, sólo en referencia a los problemas y actitudes del sujeto mismo, al margen de su entorno socio-familiar presente o pasado. Dicho enfoque subjetivista es el más frecuente en los escritos psicológicos, y el más practicado en la psicoterapia actual. No obstante, en otros artículos  hemos hablado también de la neurosis desde un punto de vista externo o social, es decir, refiriéndonos a la implicación de la familia, la sociedad y las instituciones en la génesis y mantenimiento de los trastornos neuróticos. En esta ocasión, argumentaremos brevemente el papel absolutamente determinante de la familia en este problema.
El psicoanálisis, y la más elemental y desprejuiciada observación de los trastornos neuróticos, nos revela de inmediato que la mayoría de éstos no son sino la manifestación de determinadas heridas y conflictos conscientes o inconscientes que, a su vez, son el fruto de un determinado grado de maltrato en la infancia. Dicho maltrato no hay que entenderlo exclusivamente en sentido físico, sino de un modo mucho más amplio, profundo y sutil. Psicodinámicamente hablando, es maltrato cualquier tipo y grado de frustración de las necesidades  intrínsecas del niño. Las cuales podemos resumir del siguiente modo:
  1. necesidades de seguridad (protección y cuidados físicos y emocionales)
  2. necesidades de afecto (cariño, empatía, contacto físico y psíquico)
  3. necesidades de respeto (a los sentimientos, espontaneidad y forma de ser del niño/a)
Tales actitudes indispensables por parte de la familia y cuidadores del niño deben ser, obviamente, sinceras -y no aparentes- tanto a nivel consciente como inconsciente; y han de ser invariables, o sea, sin interrupciones ni altibajos. Cuanto más prematuramente, más intensamente o durante más largo tiempo se aleje la crianza de un niño/a de estas actitudes básicas, tantos más microtraumas o grandes heridas acumulará a lo largo de su infancia, y más síntomas neuróticos comenzará a desarrollar, generalmente a partir de la adolescencia.
Tal como resumió magníficamente Alice Miller , podemos observar una típica sucesión de fases en la génesis de los trastornos neuróticos:
  1. el niño/a recibe una serie de daños (desamor, agresiones, desprecios, carencias, miedos, pérdidas, etc.) entre los 0 y los 13 años.
     
  2. el niño/a reprime (es decir, se "traga") instintiva e inadvertidamente sus emociones al respecto (dolor, ira, odio, pánico, etc.) para no perder el supuesto amor de su familia, cuyos errores minimiza o ni siquiera percibe (la idealiza).
     
  3. el niño/a, a medida que crece, va olvidando la mayor parte de su nocivo pasado (tal como se olvidan los sueños), del que sólo quedan, como islotes, algunos recuerdos. Pero dichos recuerdos son sólo imágenes frías desprovistas de sus afectos asociados, que permanecen reprimidos.
     
  4. a partir de la adolescencia, o tras algún suceso desencadenante en la edad adulta (frustraciones, divorcio, muerte de un familiar, nacimiento de un hijo, etc.), el sujeto comienza a mostrar extraños síntomas neuróticos (inseguridades, ansiedades, fobias, obsesiones, agresividad, depresión, adicciones, etc.).
     
  5. como el pasado ya está lejos y olvidado, nadie entiende nada. Los padres son ahora unos ancianos "inofensivos" e "inocentes" que activan el sentimiento de culpa y el forzado -y por ello falso y prematuro- "perdón" de su hijo/a maltratado/a. Comienza así el calvario de la psiquiatría y las malas psicoterapias basadas en "culpar al enfermo", que encubrirán aún más -ahora con argumentos pseudocientíficos - las causas biográficas del drama interior del neurótico.
Debemos señalar que la incuestionable responsabilidad de la familia en la formación de hijos neuróticos no solamente es ignorado por aquélla , sino también por algunos profesionales de la salud mental, que están sujetos a diversos intereses sociales e ideológicos y, además, ellos mismos tampoco han concienciado y resuelto sus propios dramas familiares. De este modo, las responsabilidades parentales quedan siempre en la sombra (excepto en los casos más graves), sin que la mayoría de psicoterapias vigentes quieran ocuparse del problema. 
Es cierto que el enfoque convencional, subjetivista, de la neurosis es indispensable desde el punto de vista terapéutico. Pero para comprender y curar a fondo aquélla y, sobre todo, para prevenirla, es también inexcusable -y socialmente urgente- completar dicho enfoque con una visión más amplia, sociofamiliar, que sepa reconocer sin miedo elverdadero papel de todas y cada una de las personas involucradas en la génesis y perduración del drama neurótico. Mientras no lo hagamos así, nos convertimos sin quererlo ni saberlo en cómplices y encubridores de dicho drama.
No podemos, por ejemplo, seguir aferrándonos a la idea superficial de que la biología, los pensamientos y los aprendizajes determinan la felicidad -lo que sólo es cierto en parte-. Debemos asumir, además, que la personalidad, los comportamientos, la salud psicológica están también poderosísimamente condicionados por la clase de trato psicofísico recibido por el sujeto a lo largo de sus largos años de crianza. Según nos trataron, así somos y actuamos, a veces de modos terriblemente compulsivos. Y quienes nos trataron -bien o mal- no son personas desconocidas, sino nuestros propios padres, hermanos, abuelos, parientes, profesores, amigos, etc., que a menudo siguen ejerciendo su nociva influencia sobre el neurótico hasta el fin de sus días. Si la sociedad se empeña en ocultar al neurótico los verdaderos autores inconscientes de su mal -es decir, los encubre y absuelve, cosa que no hace, por otra parte, con los maltratadores de mujeres, violadores, etc.-, ¿qué entendemos exactamente por "curación"?
Psicodinámicamente, la curación del neurótico exige recorrer el camino inverso al que causó el problema, es decir, descubrir las emociones ocultas que subyacen a los síntomas, asociarlas a sus verdaderas causas (los maltratos y conflictos familiares, el desamor, etc.) y, reviviéndolas en el presente con coraje y sin culpa (no sirve su mero conocimiento intelectual), superarlas poco a poco con la ayuda del terapeuta. Esto implica un largo proceso de autoconocimiento, duelo y liberación que ayudará al sujeto a madurar, asumir el presente y superar definitivamente el pasado. Sólo entonces, no siendo ya necesarios, la mayoría de sus síntomas desaparecerán por sí mismos y el auténtico perdón sobrevendrá espontáneamente.
En conclusión, así como el neurótico es, en esencia y tal como vimos en el artículo anterior, un niño bloqueado que se resiste a crecer, jamás debemos olvidar que también es una víctima,  un niño maltratado que desconoce sus heridas y a sus verdugos  (de hechocomo en el "síndrome de Estocolmo", está profundamente apegado a aquéllos). Ambas visiones, absolutamente complementarias, deberían formar parte de cualquier psicoterapia eficaz y humanista. 


viernes, 16 de diciembre de 2016

Una persona neurótica es, simplemente, una persona que sufre. Que sufre mucho. El concepto “neurosis” es sinónimo de “dolor emocional excesivo”, con las secuelas psicoconductuales correspondientes. Estas secuelas pueden ser de muchos tipos (ansiedades, fobias, depresión, agresividad, hiperactividad, adicciones, obsesiones, miedos, problemas de personalidad, etc.), pero, en general, todas ellas comparten una misma naturaleza, un solo significado. ¿Cuáles son éstos? ¿Qué es la neurosis y cómo se cura? 
Desde un enfoque psicodinámico, podemos ver la neurosis desde muchos ángulos y, por tanto, definirla de varias maneras. Por ejemplo, podemos decir que:
1) La neurosis es un conflicto. Ciertamente, se trata del resultado de un conflicto, generalmente inconsciente, entre los sentimientos que el sujeto siente realmente pero no se atreve a admitir y mostrar (p.ej., dolor, ira, miedo, culpa, apego, autodesprecio, etc.) y los sentimientos/conductas que se cree obligado, por la educación recibida y/o las exigencias sociales, a expresar. De esta contradicción, de este choque, surge habitualmente una máscara "intermedia", un sentimiento/conducta más o menos deformado, al que llamamos síntoma. Un conjunto de síntomas recibe el nombre de "trastorno".
2) La neurosis es un bloqueo. Como resultado del conflicto anterior y sus síntomas derivados, la persona no puede fluir y adaptarse con facilidad a la realidad, se "atasca", fracasa aquí y allá (pareja, trabajo, relaciones sociales, proyectos, felicidad, etc.), sufre mucho por todo ello. Como resultado, sus síntomas se realimentan y perpetúan.
3) La neurosis es una defensa. ¿Contra qué? Precisamente contra sus dolores más secretos e insoportables: su desamor, sus traumas, sus miedos, sus sentimientos reprimidos, su infancia perdida para siempre, su responsabilidad de hacerse cargo de sí mismo/a, etc.
4) La neurosis es una estrategia. Paradójicamente, los síntomas neuróticos ofrecen también sus ventajas, pues dan al sujeto la oportunidad de ser el centro de atención, reclamar amor y mimos, dominar el entorno, evitar la vida y las responsabilidades, etc. Así, el neurótico, por comodidad y pereza inconscientes, se resiste sin saberlo a "curarse".
5) La neurosis es inmadurez. Todo lo anterior es una manifestación y, a la vez, un reforzador del secreto infantilismo -o narcisismo- del neurótico que, en el fondo, no es más que un niño asustado estancado en el pasado, evitando la vida, renunciando a su libertad. El neurótico, en suma, paradójicamente aferrado a su problema, se resiste a crecer.
¿Cómo se cura la neurosis? Si ésta es, como hemos visto, la expresión cifrada de un conflicto, un bloqueo, una defensa, una estrategia y una forma de inmadurez, entonces curarse requerirá explorar y sacar a la luz, con valentía, los conflictos básicos del sujeto para, con la ayuda y apoyo del terapeuta, revivirlos sin máscaras y superarlos con lucidez y responsabilidad. El paciente tendrá que descubrir, aceptar y aprender a convivir con las verdades más duras de sí mismo y de su entorno pasado y presente; tendrá que llorar y enfadarse; tendrá que abandonar sus sentimientos de culpa; y deberá superar, en fin, sus últimas resistencias infantiles. Entonces podrá asumir, sin miedo, con autoestima y con un dolor cada vez menos agudo, que "ya no necesito seguir huyendo de mí mismo, pues me siento totalmente capaz de afrontar mi pasado, mi vida y mi destino". Y sólo entonces la felicidad comenzará a entrar en su vida.

Éste es el proceso de la terapia psicodinámica.

Para saber más sobre neurosis da clik aquí:
http://jademoya.blogspot.mx/2016/12/por-que-surge-la-neurosis.html

martes, 6 de diciembre de 2016

Cuando dentro de una problemática de lenguaje y comunicación, se encuentra afectado el aspecto de la descodificación semántica, se pueden observar alteraciones en diversas áreas de la conducta, como lo son  la atención,  memoria inmediata, así como rigidez en la motivación.
Si el grado del autismo es muy elevado, el niño puede manifestar conductas de aislamiento, al no poder comprender ni expresar sus necesidades y deseos. También el desarrollo de las funciones gnosico-práxicas, depende de las posibilidades de comprensión del lenguaje que posea (para adquirir las nociones de derecha-izquierda, arriba-abajo, por ejemplo, es necesario que se dé la comprensión de la consigna, la abstracción y las posibilidades de ejecución).
Esto se resume a los siguientes síntomas que presenta un niño con Autismo se encuentran también en un niño con TMLRE.
A continuación se describen las características pertenecientes al Síndrome Autista y al TMLRE; posteriormente se establecerán los síntomas clínicos particulares y compartidos de ambos cuadros.
CARACTERÍSTICAS SINTOMÁTICAS DEL AUTISMO
• Conductas de aislamiento.
• Conductas estereotipadas: estereotipias motoras, lingüísticas y lúdicas.
• Ausencia del código lingüístico.
• Código lingüístico con características particulares.
• Ecolalias.
• Autoecolalias (perseveraciones).
• Neologismos.
• Parafasias fonemáticas.
• Parafasias Sintagmáticas o parafasias verbales morfológicas.
• Parafasias paradigmáticas.
• Uso de la tercera persona en lugar del yo
• Autobalanceo.
• Juegos rituales.
• Actividad lúdica no simbólica y desorganizada.
• Ausencia de interés por juegos y juguetes.
• Conductas rituales.
• Rigidez ante los cambios: en el hábitat, la alimentación, la vestimenta, etc.
• Conductas arbitrarias ante situaciones cotidianas.
• Llanto inmotivado.
• Risa inmotivada.
• Conductas agresivas y/o autoagresivas.
• Conductas de terquedad y negativismo.
• Mirada no comunicativa.
• Deterioro en la adquisición y desarrollo de las gnosias y praxias.
• Destreza selectiva ante determinadas actividades.
• Desconocimiento del peligro.
• Umbral de percepción aumentado o descendido.
• Tendencia a tomar contacto con el agua.
• Conductas masturbatorias.
CARACTERÍSTICAS SINTOMÁTICAS DEL TRASTORNO MIXTO DEL LENGUAJE RECEPTIVO EXPRESIVO
• Alteraciones en la descodificación lingüística.
• Jergafasia.
• Ritmo lingüístico lentificado o acelerado.
• Presencia de P.V.P.
• Neologismos.
• Circunloquios.
• Perífrasis.
• Definiciones por el uso.
• Anomias.
• Latencias (iniciales e intermedias).
• Alteraciones en la atención tónica.
• Alteraciones en la reversibilidad atencional.
• Fatigabilidad (se observa con el incremento de errores).
• Distractibilidad.
• Tanteo Verbal.
• Compensación con el código comunicativo gestual cuando no puede nominar.
• Perseveraciones lingüísticas.
• Inercia excitatoria o inhibitoria (irradiación desordenada ).
• Mecanismos defensivos.
• Respuestas lentificadas o ausencia de las mismas, a una demanda del terapeuta.
• Conductas reactivas de terquedad y negativismo.
• No aceptación de límites.
• Conducta desafiante.
• Baja tolerancia a la frustración.
• Rigidez en la elección del material lúdico.
• Anosoagnosia.


lunes, 5 de diciembre de 2016

Todo ser humano necesita  poseer una identidad propia que le permita ser reconocido como persona, tanto a nivel individual como colectivo. Una de las condiciones básicas para favorecer el sentido de la propia identidad es el desarrollo de un autoconcepto y autoestima positivas. 
El autoconcepto y la autoestima juegan un importante papel en la vida de las personas, pues lo que una persona piensa y siente respecto a sí misma impregna todas las áreas de su vida: área física, psicológica, social, intelectual, etc. 
Así pues, podemos decir sin temor a equivocarnos que el autoconcepto favorece el sentido de la propia identidad y constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias internas.
 La identidad individual, así como la colectiva se basa en el autoconocimiento: nuestros gustos, habilidades, forma de ser, forma de pensar... y en la aceptación de todo lo que forma parte de sí mismo/a.
 la autoestima personal, entendida ésta como el conjunto de rasgos, sentimientos e imágenes que la persona reconoce como parte de sí misma. Este conjunto de rasgos (biológicos, psicológicos y ambientales), son los que le permitirán al niño,niña , hombre y mujer definirse como una persona singular de manera que pueda ser reconocido/a y no confundido con los demás, al tiempo que le ayudan a desarrollar el sentimiento de pertenencia a un grupo o comunidad con su propia identidad cultural.
 La respuesta que una persona da en las diferentes situaciones de su vida depende de lo que piense de sí misma. De todos los juicios a los que nos sometemos, ninguno es tan importante como el nuestro propio; nuestra manera de relacionarnos, el modo en que nos enfrentamos a las nuevas situaciones y estímulos (sociales, profesionales, de salud, etc.), incluso nuestra apariencia externa..., todo llevará el sello de ese juicio, o lo que es lo mismo, dependerá de nuestro autoconcepto y autoestima. 
Vivimos en un mundo de prisas y actividades: laborales, ociosas, deportivas... en el que nos queda poco o ningún tiempo para pensar, recordar y reflexionar sobre nosotras mismas/os. ¿Quién soy yo?, ¿soy como todas las personas de mi edad, o hay algo que me distingue de ellas?. Para desarrollar nuestra autoestima es fundamental que la persona dedique un tiempo a reflexionar sobre si misma para así formarse una idea de ser alguien único e irrepetible.

A continuación les dejo el link de descarga de un manual detallado con 28 dinámicas que pueden ser aplicadas por profesionales y  aprendices; estas están diseñadas para funcionar en grupos de diferentes tamaños  y edades.

Déjame en los comentarios que te han parecido.


https://drive.google.com/file/d/0B_FykS2xDf2HVFZ2ODNzVnRmNVU/view?usp=sharing

sábado, 3 de diciembre de 2016

El arsenal terapéutico de Freud en un principio era la electroterapia (electricidad) e hipnotismo. Charcot utilizo la hipnosis y le dio resultados pero no se preocupaba de lo terapéutico.
Breuer no empleo la sugestión (que empleo primero Freud) ; los síntomas de su paciente Anna O desaparecían cuando ella misma encontraba (bajo hipnosis) su origen o explicación, Breuer dejaba que su paciente obrara libremente, ella dirigía el tratamiento.
La hipótesis que, según Breuer, parecía explicar los hechos clínicos, caracterizaba a la histeria por la retención de algunos recuerdos. Como esta retención era similar a la amnesia posthipnotica, Breuer dio el nombre de Estados Hipnoides a los momentos de Consciencia en la que las ideas no se asocian, permanecen aislados e impresionan como una retención histérica. Detrás de cada síntoma se podía sospechar un recuerdo retenido; haciéndolo acceder a la Cc se eliminaba el síntoma y así se podía tratar un síntoma a continuación de otro.
Breuer llamó a este método Catarsis asimilándolo a una purgación y su paciente Anna O a la Limpieza de Chimenea.
Teoría Freudiana de la Defensa Represión : se trata de cosas que el enfermo quisiera olvidar y que intencionalmente mantuvo alejados, reprimidos, fuera de su pensamiento consciente. Lo esencial es que el estado separado (hipnoide o reprimido) debe volver a la Cc provocando una descarga afectiva (abreacción) como si hubiese encontrado la solución de un problema o eliminando un cuerpo extraño.
La función del Aparato Psíquico es la de descargar las excitaciones para mantenerlas en el nivel mas bajo posible ( principio de constancia).
Freud explica la represión como que voluntariamente el sujeto intenta desembarazarse de una idea incompatible, la idea no se elimina, es arrojada a la inconsciencia, la aísla psíquicamente. La existencia de un Icc solo puede ser presumido.
El método catártico es el precursor inmediato del psicoanálisis, es el núcleo del psicoanálisis.
Con los estudios sobre la histeria se abandona la hipnosis y la sugestión, y se origina el descubrimiento del método de la Asociación Libre.
La idea de la sexualidad infantil no era accesible mientras reinara la teoría del trauma. Esta teoría se enuncia: “En su infancia, los neuróticos fueron traumatizados por tentativas reales de seducción sexual, a una edad en que su sexualidad aún no había despertado; en la pubertad, el despertar de la sexualidad vuelve patógeno el recuerdo del trauma. Será necesario el descubrimiento del Edipo para eliminar esta construcción teórica, pero se reconoce clínicamente que los recuerdos incompatibles que forman el núcleo de la represión son los recuerdos sexuales.
Según Breuer este problema de sexualidad no se presentaba en su paciente y no tenia nada que ver con la histeria.
El complejo de Edipo tiene que ver con el trauma que constituía la seducción de un niño por un adulto. Este trauma era el elemento esencial de la etiología de la histeria. Se ha visto como el recuerdo reprimido del trauma se hacía patógeno en la pubertad (la neurosis tenía su origen en la infancia y justificaba su carácter sexual, pero así se evitaba la noción desagradable de una sexualidad infantil). Freud había extraído esta hipótesis etiológica de sus casos, es la resistencia que lo protegía del conocimiento de los deseos edipicos inconscientes.

Pero Freud se dio cuenta del carácter fantasioso de las seducciones de los histéricos adultos relatan haber sufrido en su infancia. Todo parece hundirse: su teoría de la histeria no se sostiene. Intenta salvar algo : las fantasías se relacionan con cosas que el niño ha oído en algún momento, y cuyo sentido comprende sólo más tarde. Así la inocencia vuelve a ser preservada, el recuerdo se hace patógeno en la pubertad.

Para saber más sobre mitología y psicoanálisis da clik aquí:
http://jademoya.blogspot.mx/2016/12/eros-y-tanatos-mitologia-y-psicoanalisis.html

Querido Lector

El camino no ha sido fácil, pero la experiencia que gané es invaluable. Gracias por todo este tiempo trabajando juntos.