El día de hoy tuve la oportunidad de asistir
a “Integra” centro ubicado en puebla , esta fue una de las experiencias que más han marcado mi vida, para
empezar la visita, nos recibió de manera muy amable una de las dueñas,
explicándonos cuál era su trabajo, como es que sustentan los gasto de la
escuela, mediante trabajos pagados y talleres propios, nos explicó paso por
paso como es que los jóvenes y adultos con discapacidad mental, síndrome de down
y autismo pasan por una semana de integración, en la que les dan su espacio y
descubren sus capacidades, nos contó también que algunos de los requisitos para
que los niños puedan formar parte de la institución es que sepan ir al baño
solos y tengan la capacidad de comer por ellos mismos.
Para
empezar, podría contar la historia o el inicio de integra, diciendo que
tiene 10 años que la respaldan, iniciando en un departamento con solo 2 jóvenes
de los cuales uno de ellos que será mencionado mas adelante.
También
me han explicado cómo es que su aprendizaje es mediante la repetición, y que en
algunos casos las escuelas de educación especial no entienden sus necesidades
ya que tratan de hacerlos crecer en un cubo, siguiendo un texto o alguna
teoría, sin explotar sus capacidades, sobre lo cual mucho que nos mencionó el caso de un joven
con síndrome de down que tras 10 años en una escuela particular que no podía
contar hasta el número 5 y con solo 2 años de un trato más humano, con
paciencia y dándole su espacio ahora cuenta hasta el 20.
Una de
las actividades principales de la institución, es un taller propio que consta
en la creación de piñatas tradicionales, las cuales son elaboradas por los
mismos jóvenes, quienes fuera de ser como la mayoría de la gente piensa, se
integran muy bien y participan de acuerdo a sus capacidades, desde pasar el
papel, cortarlo, pegarlo o bien, organizarlo, esto claro, apoyando el
desarrollo de su creatividad y estimulando el aprendizaje de tamaños y colores.
Uno de sus talleres pagados,
es la separación y clasificación de toallas íntimas, en el que todos reafirman
el trabajo en equipo, el razonamiento y sus capacidades psicomotrices para
entregar un producto final, el cual, a su vez, ayuda a mantener “integra” de
pie.
Otras dos de sus actividades que
llamaron mucho mi atención, fue la creación de guarda polvos y dulces hechos de
latas recicladas y maíz, en los cuales, una vez más, nos demostraron sus
capacidades y lo perfeccionistas que pueden llegar a ser.
Se me habló también de un caso con el que en particular me identifique mucho, el
único niño autista con una infancia traumática, nos contó como paso su vida
encencerrado porque sus padres, al ser de cierta posición económica, no querían
que saliera a la luz por así decirlo, al divorciarse los padres, queda al
cuidado de la madre, quien al no saber como hacerse responsable de él lo
convirtió en una persona agresiva, impulsiva manteniéndolo así en un estado
“salvaje”, nos narró algunos de los hechos que sucedieron en sus 13 años
formando parte de esta institución, uno de ellos que llamo mucho mi atención
fue, el aferramiento que tenía con una grabadora, pues como ya sabemos, los
niños autistas tienden a sentirse cómodos con los objetos inanimados.
Son
muchas las cosas que identifican a los niños con síndrome de down pero sin
duda, en mi opinión son solo simbólicas, pues lo verdaderamente representativo,
es el calor y la alegría que irradian, ver como se apoyan, como expresan sus
sentimientos libremente, sus capacidades y sus ganas de seguir son una gran
inspiración para mí, el día de hoy, con esta visita, viendo la dedicación,
paciencia, ganas de trabajar y la calidad humana de estas personas reafirme mi anterior
decisión de integrarme a la educación especial.
Ojala tengan la oportunidad de visitar este lugar y poder ayudar a estos chicos, no solo se llevaran un apredizaje increible, sino tambien la satisfacción de haber puesto su granito de arena.
muy bonito lugar
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