El origen de la Histeria es la huella psíquica de un
trauma
Primera teoría Freudiana: “La neurosis histérica y cualquier neurosis
es provocada por la acción patógena de una representación psíquica no
consciente y cargada de afecto o monto energético”.
Freud tomo de Charcot y Janet la idea de que la histeria es una enfermedad
por representación, pero luego se apartó de ella introduciendo modificaciones
como considerar la idea parásita generadora del síntoma histérico , como una
idea de contenido esencialmente sexual. La aparición de una representación
sexual es Icc y culmina con la aparición de un síntoma histérico en el
paciente. Después cambia de opinión y se queda con la idea de que el enfermo
histérico sufrió en su infancia una experiencia traumática.
El niño fue victima
impotente de una seducción sexual proveniente de un adulto. El niño, inmaduro
no ha tenido tiempo para comprender lo que le sucede ni para experimentar la
angustia.
Trauma: demasiado afecto Icc en ausencia de la angustia
necesaria que, al producirse el incidente, hubiese permitido al Yo del niño
soporta la tensión excesiva. Si hubo trauma fue porque la angustia que debió
haber surgido falto.
El exceso de afecto permanecerá ahí generando los futuros síntomas
histéricos . hay un exceso de afecto sexual que es equivalente a un orgasmo Icc
en un ser inmaduro, entonces el trauma ya no es un acontecimiento externo, si
no un violento desajuste ubicado en el Yo.
Pero el trauma psíquico no es solamente un exceso de tensión errante; es
también una imagen sobreactivada por la acumulación de la abundancia de energía
sexual. La huella psíquica del trauma o representación intolerable
comprende dos elementos Icc: una sobrecarga de afecto una imagen
sobreactivada.
La imagen Icc del cuerpo es la que se desconecta del cuerpo que estuvo en
juego en la escena traumática y altamente investida por una carga sexual, un
detalle, una postura del cuerpo del adulto seductor o del niño seducido; pueden
constituir el contenido imaginario de la representación inscrita en el Icc y
sobre la cual va a fijarse el exceso del afecto sexual. La imagen altamente
investida de afecto, aislado, penosa para el Yo es considerada la fuente del
síntoma histérico y la de cualquier síntoma neurótico.
“La causa de la histeria no es un accidente mecánico exterior y fechable en
la historia del paciente, sino la huella psíquica sobreinvestida de afecto; lo
que opera no es el hecho de la seducción, sino la representación psíquica que
es una huella viva.”
La Histeria es provocada por una defensa inadecuada
del yo: La Represión.
Según Freud, la neurosis histérica es provocada por la imposibilidad del Yo
para neutralizar la vivencia intolerable (parásito) que es la representación
sexual.
Reprimir: aislar, se reprime o se aísla o aleja es la
representación, así el Yo conservara un traumatismo psíquico interno.
La razón esencial de la histeria es el conflicto entre una representación
portadora de un exceso de afecto y una defensa desafortunada, la represión. La
represión es una defensa inadecuada y tan mala para el yo como la
representación a la que pretende neutralizar.
El papel de la defensa en la etiología de la histeria fue tan importante
para Freud que la llamó ” Histeria de defensa”
El sufrimiento del síntoma de conversión es el
equivalente de una satisfacción masturbatoria.
Conversión.
El tercer desenlace de la lucha con la represión consiste en la transformación
de la carga sexual excesiva en influjo nervioso igualmente excesivo que,
actuando como excitante o como inhibidor provoca un sufrimiento somático o
síntoma en el cuerpo.
La conversión es, del punto de vista económico, la transformación de un
exceso constante de energía que pasa del estado psíquico al estado somático.
Esto se describe como la sobrecarga energética se suelta de la representación
intolerable , conserva su naturaleza de exceso y resurge transformada en
sufrimiento corporal en forma de hipersensibilidad dolorosa o en forma de
inhibición sensorial o motriz. El sufrimiento de un síntoma somático es una
energía equivalente a la energía de excitación del trauma inicial, exceso de
afecto sexual que se compara con un orgasmo.
Vómitos atípicos, crisis de llantos, afonía (mutismo), parálisis histérica
de la marcha; son una manera irregular y neurótica que se vale el histérico
para vivir su sexualidad infantil. Los síntomas de conversión han de ser
tenidos por equivalentes corporales de satisfacciones masturbatorias
infantiles.
Freud sustituye la histeria de defensa por la “Histeria de Conversión”
La elección de órgano, asiento de la conversión
El exceso constante de energía se transforma y pasa del estado psíquico a
somático, busca su salida en el cuerpo e invieste un organo, el cual sufre el
padecer (parálisis de un brazo por ejemplo). La región del cuerpo afectada por
el síntoma de conversión es la alcanzada por el trauma y paso a constituir una
imagen determinada.
Parte del cuerpo percibida en la escena traumática (brazo) imagen Icc de un
brazo parálisis conversiva del brazo.
La zona corporal percibida en la ocasión del trauma puede pertenecer al
niño o al adulto seductor o bien a un testigo de la escena. Lo importante no
es saber a quien pertenece el cuerpo, si no la parte del cuerpo percibido por
el niño mas intensamente en el momento del trauma.
La conversión es una mala solución porque no se resuelve la dificultad
principal causante de la histeria. Existe otra manera, empezar de nuevo y
distribuir el exceso en varias representaciones; diseminarlo y desactivarlo
mediante la escucha del psicoanalista.
El síntoma de conversión desaparece si cobra un valor
simbólico, el que produce la escucha del psicoanalista.
La escucha y la interpretación del psicoanalista funcionan como yo
simbólico, es decir, como conjunto de representaciones. Es
un yo capaz de acoger la representación inconciliable que el yo histérico
reprime y de neutralizar la sobrecarga, distribuyéndola entre el conjunto de
sus propias representaciones.
La escucha del analista integra y disipa lo que el histérico reprime y
centra, así el sujeto se cura de lo inconciliable y el síntoma de conversión
desaparece. Un síntoma conversivo desaparece si cobra el valor simbólico que la
escucha y la interpretación del psicoanalista le confieren, esto significa que
la representación inconciliable pudo ser integrada en el sistema de
representaciones de la escucha analítica, y que su sobrecarga pudo ser
diseminada. La escucha analítica actúa tanto en el registro energético como en
el simbólico.
Para que un síntoma conversivo obtenga significación simbólica y
desaparezca, debe cumplir una condición: que sea dicho por el paciente y
recogido por una escucha generadora de un sentido nuevo y no una escucha que
revele un sentido oculto. Además la escucha debe ser transferencial, que el
terapeuta desee entrar en psique del paciente, si lo consigue el psicoanalista
dirá la interpretación o la hace surgir indirectamente en la palabra del
analizado.
Liberada la sobrecarga e igualada con otras representaciones, la
representación inconciliable y ahora aplacada podrá volver a integrarse al yo
que la había aislado o reprimido. La escucha analítica funciona como reemplazo entre un yo enfermo que
reprime y un yo nuevo antes histérico que ahora acepta.
Estructuralmente, el conjunto de representaciones que reprime yo
histérico , el conjunto de representaciones que acoge yo
simbólico o la escucha psicoanalitica y el conjunto de representaciones
de un yo nuevo que ahora acepta , constituyen dentro de la
transferencia, tres conjuntos que se superponen y se fundan en una sola y misma
estructura llamado Lo Icc.
Segunda teoría de Freud: El origen de la histeria es
un fantasma Icc
Según Freud el origen de la histeria es un fantasma Icc, no una
representación ( cambio de idea con respecto a s u 1ª teoría). Y lo que se
convierte es una angustia fantasmatica , no una sobrecarga de la
representación. Para explicar la aparición de un síntoma de conversión, ya no es necesario
descubrir un acontecimiento traumático real en la historia del paciente. La
representación penosa no necesita surgir de una remota seducción sexual
cometida por un adulto.
Para Freud Trauma ya no se refiere esencialmente a la idea de un
acontecimiento exterior, sino que designa un acontecimiento psíquico cargado de
afecto, centrado en torno a una región erógena del cuerpo y consistente en la
ficción de una escena traumática llamada FANTASMA .esto no quiere
decir que todos los traumas sean fantasmas, puede ser que en , los niños exista
un trauma real provocado por agentes exteriores. Pero todos los traumas , sean
reales o psíquicos, se inscriben en la vida de los fantasmas.
En el foco del fantasma esta el lugar erógeno, brota una sexualidad
excesiva, no genital (autoerótica), sometida automáticamente a la presión de la
represión. La sexualidad infantil nace siempre mal, pues es siempre enorme y
extrema. Esto fue lo que hizo abandonar a Freud la teoría del trauma real como
origen de la histeria.
La primera teoría de Freud decía que el incidente traumático real de la
histeria consistía en la acción perversa de un adulto sobre un niño, esto dio
un vuelco total: el propio cuerpo erógeno del niño produce el acontecimiento
psíquico, pues es foco de una sexualidad rebosante, asiento del deseo, deseo
que algún día podría realizarse.
La causa principal de la histeria radica en la actividad Icc de una
representación sobreinvestida y su contenido ya no se reduce a la imagen
delimitada de una parte del cuerpo (1ª teoría), sino que se despliega
respondiendo al fantasma. Este fantasma es tan Icc y esta tan sometido a la
represión como la representación intolerable de la 1ª teoría, y también es
portador de un exceso insoportable de afecto, exceso que ahora se llama angustia.
Angustia que, al desbaratar la acción de represión, hallara se
expresión en un trastorno del cuerpo.
El psicoanalista ya no deberá buscar detrás del síntoma un acontecimiento
traumático fechable y real (1ª teoría) sino el traumatismo de un fantasma
angustiante( 2ª teoría).