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sábado, 27 de mayo de 2017

EL DOLOR DE LA HISTERIA

El origen de la Histeria es la huella psíquica de un trauma

Primera teoría Freudiana: “La neurosis histérica y cualquier neurosis es provocada por la acción patógena de una representación psíquica no consciente y cargada de afecto o monto energético”.

Freud tomo de Charcot y Janet la idea de que la histeria es una enfermedad por representación, pero luego se apartó de ella introduciendo modificaciones como considerar la idea parásita generadora del síntoma histérico , como una idea de contenido esencialmente sexual. La aparición de una representación sexual es Icc y culmina con la aparición de un síntoma histérico en el paciente. Después cambia de opinión y se queda con la idea de que el enfermo histérico sufrió en su infancia una experiencia traumática.
 El niño fue victima impotente de una seducción sexual proveniente de un adulto. El niño, inmaduro no ha tenido tiempo para comprender lo que le sucede ni para experimentar la angustia. 

Trauma: demasiado afecto Icc en ausencia de la angustia necesaria que, al producirse el incidente, hubiese permitido al Yo del niño soporta la tensión excesiva. Si hubo trauma fue porque la angustia que debió haber surgido falto.

El exceso de afecto permanecerá ahí generando los futuros síntomas histéricos . hay un exceso de afecto sexual que es equivalente a un orgasmo Icc en un ser inmaduro, entonces el trauma ya no es un acontecimiento externo, si no un violento desajuste ubicado en el Yo.

Pero el trauma psíquico no es solamente un exceso de tensión errante; es también una imagen sobreactivada por la acumulación de la abundancia de energía sexual. La huella psíquica del trauma o representación intolerable comprende dos elementos Icc: una sobrecarga de afecto una imagen sobreactivada.

La imagen Icc del cuerpo es la que se desconecta del cuerpo que estuvo en juego en la escena traumática y altamente investida por una carga sexual, un detalle, una postura del cuerpo del adulto seductor o del niño seducido; pueden constituir el contenido imaginario de la representación inscrita en el Icc y sobre la cual va a fijarse el exceso del afecto sexual. La imagen altamente investida de afecto, aislado, penosa para el Yo es considerada la fuente del síntoma histérico y la de cualquier síntoma neurótico.

“La causa de la histeria no es un accidente mecánico exterior y fechable en la historia del paciente, sino la huella psíquica sobreinvestida de afecto; lo que opera no es el hecho de la seducción, sino la representación psíquica que es una huella viva.”

La Histeria es provocada por una defensa inadecuada del yo: La Represión.

Según Freud, la neurosis histérica es provocada por la imposibilidad del Yo para neutralizar la vivencia intolerable (parásito) que es la representación sexual.
Reprimir: aislar, se reprime o se aísla o aleja es la representación, así el Yo conservara un traumatismo psíquico interno.

La razón esencial de la histeria es el conflicto entre una representación portadora de un exceso de afecto y una defensa desafortunada, la represión. La represión es una defensa inadecuada y tan mala para el yo como la representación a la que pretende neutralizar.
El papel de la defensa en la etiología de la histeria fue tan importante para Freud que la llamó ” Histeria de defensa”

El sufrimiento del síntoma de conversión es el equivalente de una satisfacción masturbatoria.

Conversión.
El tercer desenlace de la lucha con la represión consiste en la transformación de la carga sexual excesiva en influjo nervioso igualmente excesivo que, actuando como excitante o como inhibidor provoca un sufrimiento somático o síntoma en el cuerpo.

La conversión es, del punto de vista económico, la transformación de un exceso constante de energía que pasa del estado psíquico al estado somático. Esto se describe como la sobrecarga energética se suelta de la representación intolerable , conserva su naturaleza de exceso y resurge transformada en sufrimiento corporal en forma de hipersensibilidad dolorosa o en forma de inhibición sensorial o motriz. El sufrimiento de un síntoma somático es una energía equivalente a la energía de excitación del trauma inicial, exceso de afecto sexual que se compara con un orgasmo.

Vómitos atípicos, crisis de llantos, afonía (mutismo), parálisis histérica de la marcha; son una manera irregular y neurótica que se vale el histérico para vivir su sexualidad infantil. Los síntomas de conversión han de ser tenidos por equivalentes corporales de satisfacciones masturbatorias infantiles.
Freud sustituye la histeria de defensa por la “Histeria de Conversión”

La elección de órgano, asiento de la conversión

El exceso constante de energía se transforma y pasa del estado psíquico a somático, busca su salida en el cuerpo e invieste un organo, el cual sufre el padecer (parálisis de un brazo por ejemplo). La región del cuerpo afectada por el síntoma de conversión es la alcanzada por el trauma y paso a constituir una imagen determinada.
Parte del cuerpo percibida en la escena traumática (brazo) imagen Icc de un brazo parálisis conversiva del brazo.

La zona corporal percibida en la ocasión del trauma puede pertenecer al niño o al adulto seductor o bien a un testigo de la escena. Lo importante no es saber a quien pertenece el cuerpo, si no la parte del cuerpo percibido por el niño mas intensamente en el momento del trauma.
La conversión es una mala solución porque no se resuelve la dificultad principal causante de la histeria. Existe otra manera, empezar de nuevo y distribuir el exceso en varias representaciones; diseminarlo y desactivarlo mediante la escucha del psicoanalista.

El síntoma de conversión desaparece si cobra un valor simbólico, el que produce la escucha del psicoanalista.

La escucha y la interpretación del psicoanalista funcionan como yo simbólico, es decir, como conjunto de representaciones. Es un yo capaz de acoger la representación inconciliable que el yo histérico reprime y de neutralizar la sobrecarga, distribuyéndola entre el conjunto de sus propias representaciones.

La escucha del analista integra y disipa lo que el histérico reprime y centra, así el sujeto se cura de lo inconciliable y el síntoma de conversión desaparece. Un síntoma conversivo desaparece si cobra el valor simbólico que la escucha y la interpretación del psicoanalista le confieren, esto significa que la representación inconciliable pudo ser integrada en el sistema de representaciones de la escucha analítica, y que su sobrecarga pudo ser diseminada. La escucha analítica actúa tanto en el registro energético como en el simbólico.

Para que un síntoma conversivo obtenga significación simbólica y desaparezca, debe cumplir una condición: que sea dicho por el paciente y recogido por una escucha generadora de un sentido nuevo y no una escucha que revele un sentido oculto. Además la escucha debe ser transferencial, que el terapeuta desee entrar en psique del paciente, si lo consigue el psicoanalista dirá la interpretación o la hace surgir indirectamente en la palabra del analizado.

Liberada la sobrecarga e igualada con otras representaciones, la representación inconciliable y ahora aplacada podrá volver a integrarse al yo que la había aislado o reprimido. La escucha analítica funciona como reemplazo entre un yo enfermo que reprime y un yo nuevo antes histérico que ahora acepta.

Estructuralmente, el conjunto de representaciones que reprime yo histérico , el conjunto de representaciones que acoge yo simbólico o la escucha psicoanalitica y el conjunto de representaciones de un yo nuevo que ahora acepta , constituyen dentro de la transferencia, tres conjuntos que se superponen y se fundan en una sola y misma estructura llamado Lo Icc.

Segunda teoría de Freud: El origen de la histeria es un fantasma Icc

Según Freud el origen de la histeria es un fantasma Icc, no una representación ( cambio de idea con respecto a s u 1ª teoría). Y lo que se convierte es una angustia fantasmatica , no una sobrecarga de la representación. Para explicar la aparición de un síntoma de conversión, ya no es necesario descubrir un acontecimiento traumático real en la historia del paciente. La representación penosa no necesita surgir de una remota seducción sexual cometida por un adulto.

Para Freud Trauma ya no se refiere esencialmente a la idea de un acontecimiento exterior, sino que designa un acontecimiento psíquico cargado de afecto, centrado en torno a una región erógena del cuerpo y consistente en la ficción de una escena traumática llamada FANTASMA .esto no quiere decir que todos los traumas sean fantasmas, puede ser que en , los niños exista un trauma real provocado por agentes exteriores. Pero todos los traumas , sean reales o psíquicos, se inscriben en la vida de los fantasmas.

En el foco del fantasma esta el lugar erógeno, brota una sexualidad excesiva, no genital (autoerótica), sometida automáticamente a la presión de la represión. La sexualidad infantil nace siempre mal, pues es siempre enorme y extrema. Esto fue lo que hizo abandonar a Freud la teoría del trauma real como origen de la histeria.

La primera teoría de Freud decía que el incidente traumático real de la histeria consistía en la acción perversa de un adulto sobre un niño, esto dio un vuelco total: el propio cuerpo erógeno del niño produce el acontecimiento psíquico, pues es foco de una sexualidad rebosante, asiento del deseo, deseo que algún día podría realizarse.

La causa principal de la histeria radica en la actividad Icc de una representación sobreinvestida y su contenido ya no se reduce a la imagen delimitada de una parte del cuerpo (1ª teoría), sino que se despliega respondiendo al fantasma. Este fantasma es tan Icc y esta tan sometido a la represión como la representación intolerable de la 1ª teoría, y también es portador de un exceso insoportable de afecto, exceso que ahora se llama angustia. Angustia que, al desbaratar la acción de represión, hallara se expresión en un trastorno del cuerpo.
El psicoanalista ya no deberá buscar detrás del síntoma un acontecimiento traumático fechable y real (1ª teoría) sino el traumatismo de un fantasma angustiante( 2ª teoría).

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